¡Hola a todos de nuevo!

Hoy tenemos la interesante consulta de nuestro amigo Enric:

Me considero un tipo bastante tranquilo y alegre. Procuro no tomarme las cosas demasiado a pecho y pensar positivamente. Como sano, llevo ya unos meses practicando yoga y meditación, todo para intentar estar siempre lo mejor posible y en general me siento mejor desde que llevo este tipo de vida. Pero todo ese esfuerzo se me va al garete cuando me encuentro con determinadas personas que consiguen sacarme de ese estado de paz y felicidad rápidamente.

Una de ellas es mi jefa, es una persona muy autoritaria y bastante despótica, me habla fatal y a la mínima me está gritando. Consigue sacarme de mis casillas, y ya sólo cuando entra por la puerta me recorre un escalofrío y me empiezo a encontrar fatal. También me ocurre cuando estoy con personas que no dejan de quejarse de lo mal que va todo, de la crisis, el paro, el gobierno, el fútbol… O ese colega que no hace más que lamentarse de su vida, de sus problemas, de las peleas con su medio novia y vacía todo ese mal rollo en mí y me deja agotado.

Tengo la sensación que me roban la energía. Cuando acabo mi jornada laboral después de aguantar alguna bronca de mi jefa, veo como ella se va tan campante y yo me quedo destrozado, con la autoestima y mi orgullo por los suelos. Mi colega después de comerme la olla con sus dramas al final me dice » ¡Ay perdona, ¿y tú qué tal? No te he dejado hablar, pero gracias por escucharme, me he quedado más a gusto…» y yo con un tic en el ojo me voy para mi casa destrozado… Y lo peor es que hay días que parece que se ponen todos de acuerdo para chuparte la energía…

Muchas veces me desanimo porque después de tanto trabajo personal no veo que me luzca si a la mínima que se me acerca una persona con una actitud negativa consigue desestabilizarme.

¿Cómo puedo protegerme para que no me afecten los estados de ánimo negativos de otras personas?

 

Maravillosa pregunta, Enric. El problema del que hablas nos afecta a muchos, aunque es verdad que no a todos por igual. Hay personas que tienen más predisposición a ser atacadas por los temidos vampiros energéticos. Y las causas pueden ser diversas. Pero antes de empezar vamos a hablar un poquito de quienes son estos tipejos.

 

¿Quienes son los vampiros energéticos?

Los vampiros energéticos no son criaturas míticas que se despiertan de noche y van a robarte tu fluido vital para mantenerse vivos durante siglos, NO. Te los puedes encontrar a cualquier hora del día. Además éstos sí que reflejan en los espejos, tienen sombra, comen comida normal, beben de todo y van al lavabo. En general no tienen tanto morbo como los vampiros clásicos, son más de andar por casa.

Cualquiera de nosotros en algún momento u otro nos hemos convertido en uno de ellos, casi siempre sin darnos cuenta. Pero hay gente que lo hace de manera más habitual, se han enganchado a ello, y creen que chupar energía de otros es la única manera de conseguirla.

Hay muchos tipos de vampiros energéticos, aquí vamos a hablar de algunos de los más comunes, esos que te asaltan en cualquier esquina:

 

Los drama-vampiros

Algunos de ellos parecen inofensivos, inocentes, sólo quieren que les escuches, que les comprendas, un hombro sobre el que llorar… pero secretamente se están alimentando de ti…

Ojo, no estoy hablando de cuando uno está pasando un mal momento y necesita el apoyo de alguien. Me refiero a esos que van de víctimas por la vida, viven en un continuo culebrón. Son grandes sufridores, santos sacrificados cuyos problemas son siempre más importantes que los tuyos…

Éstos se alimentan de tu energía mientras te cuentan todas sus penas y desgracias, mientras tú vas palideciendo, te contagian su tristeza y sientes pena y eso hace que baje tu vibración energética.

Despiertan tu lado tierno, tu instinto protector, tu espíritu samaritano. Son muy seductores y cuesta mucho decirles que no. Te miran con esos ojos… es que te rompen el corazón y te hacen sentir culpable si no estás ahí siempre que te necesitan.

Los hay que te llaman continuamente y te tienen colgad@ del teléfono escuchando su infinito repertorio de lamentos, su disco rallado de quejas, y siempre aciertan para llamarte mientras estás comiendo con tu familia o cualquier otro momento inoportuno.

Otros ya directamente se cuelan en tu casa o en tu lugar de trabajo (si tienes la mala suerte de estar cara al público). Y no hablemos si tienes alguno de estos vampiros en tu familia, entonces estás perdid@….

Y si además de ladrones de tiempo y energía también son de los que empiezan pidiéndote un poco de sal y sin darte cuenta acaban instalándose en tu casa, como una vez les diste la mano, ya te han arrancado el brazo entero.

Sugerencia:

Cuando te cruces con uno de estos vampiros es importante no bajar tu nivel de energía, no confundas la compasión con la pena. Puedes caer en sus redes una vez, dos máximo. Cuando los hayas calado, no te dejes manipular. Puede parecer duro decir esto, pero a estas criaturas la única manera de ayudarles a veces es la que parece más dura, necesitan darse cuenta que no pueden utilizar siempre a los otros, que son autosuficientes, que una cosa es echarles una mano y otra muy diferente es que se te suban a la espalda para que los cargues. Esto se hace mucho más complicado cuando estamos hablando de familia. Aquí no es tan fácil darles esquinazo y el sentimiento de culpa puede ser más grande. Pero es importante darte cuenta que por muy doloroso y complicado que sea de ver en el momento, muchas veces lo que necesita esa persona es un NO, aunque llore desconsoladamente, te reproche tu desconsideración egoísta, te diga que se va a tirar de un puente y que su vida ya no tiene sentido, realmente lo que está pidiendo a gritos es una bofetada metafórica para despertarse, dejar de ser un niño mimado eterno, madurar por fin y ser responsable de su vida. Cuando no tienen de quien chupar se espabilan y entonces dejan de dar energía a sus pensamientos negativos y destructivos y llorar el pasado. Suspiran, se secan las lágrimas, se levantan y empiezan a mirar hacia delante.

 

 

Los vampiros matones

 

Otra sub-especie muy peligrosa es la de los vampiros matones, son esos que se alimentan del miedo o las inseguridades de los otros. Cuando consiguen reducirte con sus amenazas o críticas destructivas ellos se hacen fuertes y poderosos. Es la manera que han aprendido de hacerse oír, de que les hagan caso y de conseguir lo que se propongan. Cuando te cruzas en su camino, te observan detalladamente, para ver cuál es tu punto flaco por dónde pueden clavarte el colmillo.

Primero suelen acercarse amistosamente para que bajes la guardia y cuando menos te lo esperas se tiran a tu yugular. Miden sus fuerzas contigo y si muestras signos de debilidad, te conviertes en su presa favorita y jugarán contigo hasta dejarte sec@. Entonces aburridos, correrán en busca de su próxima víctima.

Son pequeños o grandes dictador@s que gobiernan despóticamente su territorio ocupado. Se esconden bajo diferentes disfraces desde jef@s de estado a jef@s de oficina, matones de barrio, gallitos de la clase, y maridos maltratadores entre muchos otros. Sus armas son la violencia física o verbal, la manipulación y la intimidación.

Bajo esa fachada de seguridad agresiva y prepotencia realmente se esconde una criatura atemorizada e insegura, que cree que aterrorizando, ridiculizando, despreciando y minimizando a otros se vuelven más fuertes (al menos exteriormente).

Pero desgraciadamente actúan así porque se sienten impotentes, es la manera de cargar las culpas a los demás de lo que no les sale bien y de conseguir las cosas por la fuerza bruta, en lugar de utilizar otras habilidades mucho más provechosas.

Sugerencia:

Con estos vampiros sólo funciona una cosa, en cuánto asomen el colmillo, saca dientes, infla el pecho y aunque por dentro te mueras de miedo, sostenles la mirada. No es necesario la violencia, solo firmeza, dejarles muy claro donde están los límites y no permitir que te traten sin respeto (OJO, está contraindicado en los casos en los que el vampiro va armado).

Ésto a muchos nos cuesta, sobretodo si el matón es una figura de autoridad como nuestro jefe, y pensamos que de él depende nuestro pan. Pero ¿vale la pena vender tu alma a cambio de un mendrugo? Te sorprenderías de ver cómo cuando alguien les pone en su sitio cambia radicalmente su actitud hacia esa persona y de repente la respetan. La han puesto a prueba, y la ha pasado. Pero el problema es que la mayoría no nos atrevemos a defender nuestros límites y entonces lo que hacemos es dejar la puerta abierta e invitarles a entrar, destrozar y coger lo que quieran.

 

Los vampiros maestros

 

niesducks/4608092692/">Ducklover Bonnie / Foter / Creative Commons Attribution-NoDerivs 2.0 Generic (CC BY-ND 2.0)

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Estos son menos numerosos pero son de los que tienes que guardarte muy bien. Los he incluido en esta pequeña lista porque si eres una persona que está en el camino del crecimiento espiritual es fácil que te encuentres con alguno de ellos y hay que estar alerta porque son muy poderosos.

Me refiero a un tipo de maestro espiritual de alguna disciplina energética, que bajo una apariencia de sabiduría y amor, camufla su avidez de poder. Son personas que dominan las artes de la energía y saben cómo pueden manipular fácilmente a otros y nutrirse de la energía de estos. Son seres que muchas veces entraron en esto de la espiritualidad con buenas intenciones pero que en algún momento su ego se infló, tomó las riendas y les desvió del camino del amor hacia el del poder.

Si un vampiro maestro aparece en tu vida en un momento en el que estás flojo, perdido, confuso, buscando a alguien que te salve de tu infierno personal, entonces serás una víctima fácil. Te extenderá sus brazos y te dirá » Ven aquí, hijo mío, esta es tu casa, yo te cuidaré» y tú como estarás tan vulnerable y sentirás su potente energía, te quedarás hechizado.

Las personas que caen en las sectas no son tontos ni débiles mentales, son personas a las que han atrapado en un momento frágil de su vida. Cuando caes en las garras de un vampiro maestro es bastante complicado liberarte, aún cuando se te pasa la borrachera de amor inicial y conscientemente te des cuenta de que hay algo raro, a nivel inconsciente te sigue manejando con sus hilos invisibles. Se crean sentimientos contradictorios de amor y odio, de culpa, de confusión, traición, como si esa persona fuera tu padre y tú un crío de 3 años.

Además de chupar tu energía, pueden vaciarte la cartera y meterse dentro de tu ropa interior, todo lo que les plazca y tú obedecerás sin rechistar y con inmenso agradecimiento.

Ojalá que nunca os pase nada de esto, yo afortunadamente tampoco he tenido esta experiencia, pero sí que conozco a personas que la han padecido, se han  enganchado durante años y les ha costado mucho alejarse.

Tampoco quiero asustar a nadie, la mayoría de maestros espirituales son personas de gran corazón y que viven lo que predican, pero como estamos viviendo en la dualidad, también existe todo lo contrario y vale la pena estar prevenido.

Sugerencia:

Antes de escoger un maestro, primero escúchale, mírale a los ojos y deja que tu intuición te diga si ese es el maestro o no. Si tienes una sensación desagradable inicial huye como la pólvora. En caso de que a pesar de todo, caigas en sus garras, a la primera que te des cuenta de que algo huele a chamusquina, de inmediato, retírale los permisos. Ésto es fácil, solo tienes que poner tu clara intención de retirarle el permiso de entrar en tu campo energético, lo tienes que hacer sintiéndolo, con convicción, notando como se rompe ese cordón que te tiene atado a él e inmediatamente te liberas.

Como los vampiros tradicionales estos necesitan tu permiso para entrar en tu casa.

 

Para acabar

Hay muchas más clases de vampiros energéticos pero estos tres tipos son bastante comunes. He descrito los estereotipos más definidos, no todos los vampiros energéticos cumplen todas las características descritas ni en la misma medida, pero si reconoces algún rasgo es muy probable que te encuentres ante uno de ellos.

Aunque hoy los hemos puesto de todos los colores, verdaderamente, los vampiros energéticos no son criaturas malévolas sino todo lo contrario, son grandes maestros que vienen a darnos un mensaje, nos avisan de algo que tenemos que aprender y cambiar, nos tocan los botones, la fibra sensible, nos meten el dedo en la llaga para que espabilemos, para que dejemos de reacccionar y respondamos óptimamente, para que aprendamos a fortalecer nuestro campo energético y a mantener nuestros límites bien defendidos. En cuanto aprendamos lo que vienen a enseñarnos y cambiemos, dejaremos de atraerlos, desaparecerán de nuestra vida o se transformarán en seres amistosos o incluso en ángeles.

En el próximo post veremos cómo funciona esto de que te quiten energía, cómo puedes evitarlo, por qué hay personas más vulnerables a ser víctima de estos depredadores y por qué es tan inútil y perjudicial quitarnos la energía los unos a los otros.

Enric, siento no poder responder a tu consulta en un solo post, pero eso es lo que tiene hacer una pregunta tan buena. De momento te llevas unas recomendaciones iniciales para no dejar que te chupen la gasolina.

 

Ahora te toca a ti ¿te has encontrado con alguno de estos vampiros energéticos? O…¿acaso eres uno de ellos?…

 

 

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