En referencia al post  ¿Cómo puedo proteger mi energía? nuestra querida amiga Carhy preguntaba: » ¿Cómo prepararse para un enfrentamiento con un “vampiro-agresivo”?

Carhy, gracias por proponer este problema con el que todos nos hemos encontrado en más de una ocasión y con el que algunos tienen que lidiar a diario, al recibir este trato abusivo por parte de un familiar, la pareja o el jefe por poner algunos ejemplos. Referente a estos vampiros agresivos ya di alguna pauta de conducta efectiva en el post sobre vampiros energéticos en lo que podríamos llamar el subgrupo de los vampiros matones, pero considero que nos irá bien retomarlo para profundizar un poco más y tener más armas para combatirlos.

Para empezar quiero aclarar que lo que voy a compartir a continuación no se refiere al maltrato físico ni de violencia extrema, ya que en estos casos no hay nada que hacer más que huir como alma que se lleva el diablo a la primera muestra de ello. Me refiero más al maltrato verbal,  abiertamente ofensivo, que intenta imponer los propios deseos sin tener en cuenta lo que quiere el otro.

Hablamos de la persona agresiva que piensa que “mientras más débiles son los demás, más fuerte soy yo”. Se alimenta de conductas pasivas para redefinir su carácter agresivo. Dejar al interlocutor en ridículo es su forma de entender las relaciones. Actúa desde el menosprecio a los demás y la prepotencia de forma habitual.

 

Anatomia de un vampiro agresivo

Primero de todo recordad que cuando hablamos de vampiros agresivos no nos referimos a una persona que tiene una descarga puntual de ira reprimida en nuestra presencia. Para un vampiro agresivo más bien ése es su modus operandi. Está acostumbrado a conseguir lo que quiere avasallando, de esa manera se siente más fuerte. Siempre busca a alguien que tenga sus barreras debilitadas para entrar en su campo energético y robarle la energía bajando su vibración a través del miedo.

Tiene muy integrada la creencia de que el mundo es un lugar hostil y prefiere morder antes de ser devorados. La mayor parte del tiempo está actuando desde su naturaleza animal en lugar de la humana (con perdón de los animales), al mantener su nivel de conciencia predominante en el de supervivencia, vibrando en la frecuencia del miedo en lugar de vibrar en el amor, que como ya he dicho en repetidas ocasiones, es la frecuencia de nuestro verdadero ser.

Muchos intentan aparentar fuerza y seguridad y algunos incluso logran dar el pego, pero en el fondo se sienten muy impotentes. Suelen estar sumidos en una gran cantidad de dolor y van dando zarpazos a ciegas como animales heridos. Simplemente quieren escapar de su tormento y no saben cómo hacerlo. Han aprendido que soltar presión, cabreándose, gritando o incluso golpeando a otro les hace sentir alivio y por eso lo hacen. No conocen otra forma de hacerlo. Pero ese alivio es temporal y acaba trayéndoles más problemas: los demás se alejan de ellos, les mienten por miedo, o acaban encendiéndose con el fuego de la rabia vengativa. Esta conducta también les genera estrés dado que siempre están a la expectativa para emprender una acción combativa, para discutir…

Sus víctimas favoritas acostumbran a tener falta de seguridad personal, límites poco definidos y aversión al conflicto. Se los meriendan a gusto y se alimentan de esa carencia para engordar su falsa imagen de auto-confianza.

 

 

 ¿Para qué aparece un vampiro agresivo en tu vida?

 

rebecca1917versionSi recordamos que todo lo que aparece en nuestra realidad es porque lo hemos atraído vibracionalmente, cuando uno de estos vampiros se te encara, lo hace principalmente para que te des cuenta de que estás vibrando en tu propia impotencia en forma de falta de seguridad y que tienes que reforzar tus límites.

Si no se trata de un hecho aislado y puedes reconocer un patrón de repetición, es decir, suelen aparecer en tu vida personas que te tratan mal, es porque te estás viendo a ti mismo como una víctima. No quieres que te traten mal pero no estás enviando correctamente el mensaje al Universo. Cuando envías el falso mensaje de que eres débil e inseguro atraerás circunstancias y personas que te lo reflejarán para que puedas cambiar tu vibración a otra que te haga sentir mucho mejor.

No para castigarte porque seas realmente débil, sino todo lo contrario, porque eres fuerte y capaz de cambiar la situación. Por eso ya es hora de que hagas algo al respecto ¿no crees?

 

¿Qué puedo hacer cuando me tropiezo con una persona agresiva?

  • Tener unos límites bien definidos y no negociables.

Si hay personas que te tratan mal y les dices que paren (no se lo pides)  y no lo hacen, tienes que estar dispuesto a alejarte de ellos. O bien te enfrentas o bien te vas, pero no puedes continuar tolerando que abusen de ti . Es importante tomar esa decisión con la firme disposición de hacerlo sin marcha atrás. Esto puede resultar más fácil con un desconocido con el que tenemos un tropiezo puntual, pero hemos de estar dispuestos a hacerlo con personas más cercanas, incluso nuestra pareja. El alejarte puede ser algo temporal mientras mantienen esa actitud agresiva e irrespetuosa hacia ti, pero internamente tienes que estar dispuesto a alejarte definitivamente si la situación no cambia.¿Qué pasaría si ese distanciamiento fuera definitivo?

Es la única manera de que emanes la energía de alguien que se merece ser tratado bien. Tienes que estar dispuesto a apreciarte lo suficiente como para protegerte, como lo harías por tu hijo si alguien le maltratara. En ese caso, ¿verdad que no les pedirías tímidamente que pararan y si no lo hicieran lo tolerarías? ¿O te echarías encima como una leona que defiende a sus cachorros? Tú te mereces la misma protección, tú también tienes dentro de ti a tu niño o niña interior que necesita que le cuiden. Pero no esperes que nadie lo haga por ti, porque tú también eres el adulto que está deseando defenderte.

 

  • Tener una reglas muy claras de cómo quieres que te traten.  

Como ya he dicho lo primero y más importante es que estés dispuesto de verdad a largarte, a hacer que esa persona que no quiere seguir tus reglas a ti salga de tu realidad, priorizando cómo te sientes tú sobre cómo se sienten ellos, si se molestan, es lo que hay, después de todo se hubieran molestado igualmente si no les dejas más que sean desagradables contigo. Por ejemplo les puedes decir: «Cuando te dirijas a mí tienes que ser respetuoso, no me grites, si gritas la conversación se ha acabado. Podemos hablar después cuando te hayas calmado.»

 

Cuando una persona nos confronta de manera que nos sentimos atacados, podemos actuar de manera defensiva contratacando (sacando los dientes y golpeándonos el pecho para demostrar nuestra fuerza) o justificándonos (sintiéndonos débiles e impotentes niños reprendidos), pero eso lo único que va a hacer es provocar más al otro. Puede ser que consigas aplacarlo y convertirte en el macho alfa de la manada, pero eso no siempre funciona. Y no olvides que si actúas desde la violencia tanto física como verbal lo estás haciendo desde el miedo porque te sientes amenazado.

El hecho de que no te sientas cómodo actuando como un gorila golpeando con el puño la mesa no te hace ser un débil. Simplemente significa que ese método no es el más efectivo para ti. No tienes que luchar para ser fuerte, puedes ser compasivo y amable. Ser fuerte no quiere decir que tengas que usar la fuerza bruta, las amenazas, los gritos, el dominar al otro ni tener una gran personalidad.

Ser fuerte es creer en ti, reconocer tu valor, creer en lo que te importa realmente, que puedes conseguirlo y no echarte atrás aunque surjan obstáculos y no sepas cómo superarlos. Esa es la verdadera fuerza. Entre esos obstáculos puede estar esa persona que se está enfrentando a ti porque cree que eres una amenaza para él o ella. Pero tú siempre puedes decidir cómo quieres que te traten.

 

 

  •  Cambia tu concepto de  confrontación

Muchas veces pensamos que confrontar es echar más leña al fuego de la discusión, pero puede ser todo lo contrario: al dejar claro al otro los términos en los que puede dirigirse a ti para expresarte su desacuerdo mientras tú también das voz a los tuyos,  con el propósito de resolver el conflicto, en lugar de crear más enfrentamiento se puede mejorar la relación. El objetivo ha de ser un win-win.

 

  • Deja de juzgarle- cambia tu foco de atención 

Hasta ahora te he ofrecido pautas de conducta para actuar en el momento del encuentro con el sujeto en cuestión. Pero realmente si queremos conseguir un cambio definitivo tenemos que hacer un cambio interno en nosotros, porque ya sabemos que para que cambie el exterior tenemos que cambiar antes desde dentro. Las pautas anteriores nos ayudarán a lidiar con la situación mientras estamos realizando estos cambios internos y todavía no se reflejen en la conducta de la persona que nos maltrata.

Imagina que quien te pone los pelos de punta es tu jefe. Es un tipo que controla todo lo que haces, se mete contigo, no sólo con tu trabajo sino incluso con tu forma de vestir, tu peinado o tu perfume, te impone objetivos desmesurados y con plazo irrealizables, quiere que te quedes hasta muy tarde trabajando …

Lo más fácil en ese caso sería juzgarlo como un jefe déspota y horrible. Pero cuando haces esto es porque no crees que en la vida puedas conseguir lo que quieres, estás atrapado en la impotencia, y tu jefe es el obstáculo que no te permite tener lo que quieres, que te está haciendo daño. Entonces lo que haces es quejarte de lo terrible jefe que es, y al hacerlo te estás enfocando en lo que no quieres en tu vida. Eso hace que tu realidad actual te de más evidencias y motivos para quejarte y tu jefe cada vez te trate peor. Si te enfocas en él desde el juicio, le estás dando el poder de crear tu realidad, en lugar de reconocerte como el gran creador de tu vida.

Pero si decides recuperar tu poder y salir de la crítica, sales de la dualidad, donde las cosas son buenas o malas, y así tu jefe deja de ser un ser despreciable el cuál sería mejor que no existiera, para convertirse en tu maestro. Esto lo puedes hacer en esos momentos en los que no estás siendo sometido por su maltrato, podrás observar que a pesar de no ser un buen jefe para ti, está sirviendo a un propósito: está desafiándote para que pongas límites. Te está mostrando cómo no quieres que te traten, para que puedas tomar la decisión de no estar dispuesto a soportarlo más. De esta manera te permite que te enfoques en lo que realmente quieres en lugar de eso. Entonces deja de ser un obstáculo o una amenaza, y por el contrario te permite que pongas tu atención en lo que realmente quieres. No le vas a permitir que te baje tu vibración y para ello vas a convertir en tu prioridad número uno empezar a poner tu atención en todo lo que te hace sentir bien, tanto si está relacionado con el trabajo como si no. No es que tengas que sentirte feliz con tu horrible jefe, pero puedes sentirte feliz a pesar de tu horrible jefe. Por ejemplo, puedes empezar a visualizar tu actual ambiente laboral como desearías que fuera, empieza introduciendo pequeños cambios para que tu mente no te contradiga comparando con tu situación actual, y poco a poco ves transformándolo.

Si con la persona con la que tenemos el problema no es alguien al que odiemos, pero con la que tenemos en este momento una relación conflictiva, podemos poner atención deliberadamente en lo que nos gusta de esa otra persona, a pesar de que nos moleste su actitud. Si empezamos a hacerlo de manera constante un rato cada día, al cabo de poco tiempo podremos empezar a observar cambios en su conducta, sin necesidad de tener que tratar el tema directamente con ella. Empezaremos a vibrar con otra faceta más amable de esa misma persona.

Los cambios en tu comportamiento tendrán algunos efectos, pero la verdadera diferencia la conseguirás cuando cambies tu vibración. Cuando empieces a honrar tu valor y tus límites, estarás enviando el mensaje al Universo de que te mereces respeto. Empezarás a atraer cada vez más personas que te respetan porque se sienten tan bien con ellos mismos que no necesitan abusar de nadie.

¿Hay alguien en tu vida que te trate mal? ¿Qué estás haciendo al respecto?

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